Hasta un 30% de los accidentes de tráfico en nuestro país tienen como origen la somnolencia al volante. En la mayoría de las ocasiones no se trata de quedarse dormido al volante, sino de desactivar la capacidad de atención y de control situacional por efecto de la somnolencia. Unos segundos de falta de atención pueden ser fatales.
10 consejos para no dormirse
Conducir durante muchas horas trae consecuencias. Así, conducir durante 18 horas seguidas es como hacerlo con una tasa de alcohol en sangre de 0,05. Si son 24 horas, 0,10. Los expertos ofrecen una larga lista de consejos para evitar la somnolencia o sus efectos mientras conducimos. Algunos son bastante obvios, otros tienen que ver con la creación de patrones de comportamientos o con actividades que ayudan simplemente a mantener los ojos abiertos. Vemos algunos de esos consejos útiles:
1. La cafeína: el aliado perfecto para combatir el sueño
La cafeína es un aliado muy popular para no quedarse dormido al volante. Esta sustancia activa el sistema nervioso central aumentando los niveles de alerta.
2. Ten en cuenta la hora a la que conduces
Las personas desarrollan sus ritmos de actividad y descanso siguiendo lo que se denomina ritmo circadiano. Normalmente se duerme por la noche y se está activo durante las horas del día. Romper este patrón, por ejemplo, conducir por la noche cuando se está acostumbrado a descansar, hace que la mente, el organismo y la atención no estén preparadas. Se trata de una cuestión de hábitos que no se puede cambiar de un día para otro, así que elige bien la hora para viajar.
3. Sube el volumen y... ¡a cantar!
Puede parecer una tontería, pero no lo es. Subir el volumen de la radio o del reproductor y ponerse a cantar ayuda a reactivarse. Por supuesto, la música ha de ser alegre, vibrante, para que tenga un impacto positivo como estímulo.
4. Las paradas son necesarias
Las paradas en ruta son necesarias para moverse y caminar un rato. Con ello conseguiremos recuperar la movilidad perdida por una posición estática como la de conducir sentados y rígidos. Parar en áreas de descanso es clave para salir de una pasividad que abre la puerta a la somnolencia.
5. La temperatura idónea
Una temperatura alta en el habitáculo del vehículo provoca somnolencia. Poner el aire acondicionado o simplemente abrir la ventanilla para que entre aire fresco, nos puede ayudar a poner freno al síntoma de sueño.
6. Una siesta para descansar
Para mantenerse despiertos al volante, nada mejor que acabar con el factor sueño. Después de comer es habitual la sensación de somnolencia, pero podemos evitarla tomándonos una siesta.
7. Planifica tu viaje
Planificar un viaje por carretera no sólo debe incluir los kilómetros que hay que hacer, el número de horas disponibles y la velocidad a la que hay que circular. A la hora de planificar un viaje se deben tener en cuenta los descansos, las paradas para desentumecerse y cuándo y cómo comer para evitar la somnolencia. Los expertos recomiendan parar cada 2 horas.
8. Evita las comidas pesadas
Las comidas pesadas, con muchas grasas, con carnes, en las que la digestión es más larga y laboriosa, tienen que estar -nunca mejor dicho- fuera de la hoja de ruta. Provocan somnolencia, el enemigo del control de la conducción.
9. Cambia la postura de vez en cuando
Ir sentados al volante con una misma postura ocasiona dos efectos no deseados en el organismo.
Uno, relaja la atención por falta de estímulos dinámicos, se llega a conducir de forma automática, lo mismo, corriéndose el riesgo de perder el control situacional.
Y dos, al ir sentados, casi inmóviles, el cuerpo tiene difícil irrigar las extremidades inferiores, reduciéndose la capacidad de reacción de las piernas sobre los pedales. Cambiar de postura sobre al asiento y la inclinación del mismo asiento ayudan a mejorar el fluido sanguíneo y a activar músculos sin tensión.
10. ¡No tengas prisa!
Por último, pero no menos importante, conducir durante horas para llegar al destino no casa bien con las prisas. Cronometrarse, ajustarse a un horario, aumentar la velocidad para cumplir con las expectativas de la hora de llegada y hacerlo con prisas supone aumentar la presión emocional que en estado de somnolencia puede resultar un riesgo inaceptable.