Normalmente, los coches se comercializan en tres categorías concretas: tracción delantera, tracción trasera y tracción total. Muchos conductores poseen sus propias preferencias y buscan la tracción que mejor se adapte a su estilo de conducción y a sus necesidades. Sin embargo, hay muchos conductores que desconocen las principales diferencias, las ventajas e inconvenientes de cada una.
El sistema de transmisión de un vehículo ofrece una de las tres configuraciones siguientes: tracción delantera, tracción trasera y tracción a las cuatro ruedas. Si utilizamos las populares abreviaturas procedentes del inglés serían: FWD (front wheel drive), RWD (rear wheel drive) y AWD (all wheel drive) o 4WD (4 wheel drive). Cada una de ellas tiene sus ventajas e inconvenientes, pero ¿cuál es el mejor, si es que la hay? Aquí descubrirás qué diferencias ofrecen dichas configuraciones y en qué situaciones una puede ser mejor que otra.
Los automóviles con tracción delantera, trasera y total tienen distintas ventajas e inconvenientes. Resumiendo, las ruedas motrices son las que realmente trasladan la potencia del motor al pavimento, haciendo que se mueva el automóvil. En las configuraciones de tracción a dos ruedas, la elección se reduce a “empujar” o “tirar” del automóvil, la principal diferencia entre la tracción delantera y la trasera.
Tracción a dos ruedas: ¿tirar o empujar?
RWD – tracción trasera
Los automóviles con tracción trasera han sido durante mucho tiempo la opción más extendida ya que eran fáciles de fabricar. Con esta disposición, el motor desarrolla la potencia, que posteriormente entrega a las ruedas traseras a través de un eje de transmisión que conecta las dos zonas. La potencia del eje de transmisión se transmite en un ángulo de 90 grados a las ruedas traseras y requiere el uso de un engranaje diferencial, que puede observarse como una pieza de tamaño considerable en el centro del eje trasero del vehículo.
Las ruedas delanteras solo se utilizan para dirigir el vehículo, lo que divide de forma efectiva el trabajo entre los dos pares de ruedas. Casi todos los camiones son de tracción trasera, y lo normal es que cuenten con un eje de transmisión central en el eje trasero.
Ventajas e inconvenientes
Los sistemas RWD, aun no siendo los más complicados, suelen ser más pesados. Poseen un eje de transmisión, un diferencial montado en el eje y, con frecuencia, un complejo sistema de suspensión multibrazo. También pierden por su mayor probabilidad de derrape y pérdida de tracción trasera en automóviles con mayor potencia. Por otro lado, parecen mejores en las frenadas porque el reparto de pesos es más equilibrado. Los coches de carreras suelen ser de tracción trasera y el 65% de su peso descansa en el eje trasero para evitar deslizamientos y problemas de tracción.
Automóviles con tracción trasera
Hasta hace algún tiempo, al ser la configuración normal de todos los automóviles, la tracción trasera seguía siendo el estándar en vehículos de alto rendimiento. Todos los BMW (excepto la versión de tracción total BMW Xdrive, y el BMW Serie 2 Active Tourer) y muchos de los modelos más grandes de Mercedes, Jaguar, Aston Martin, Porsche y los deportivos de Nissan y Toyota son de tracción trasera, sin contar los muscle cars americanos. Es difícil imaginar un Dodge Charger o un Ford Shelby 500 despegando con las ruedas delanteras girando y saliendo humo debajo de ellas.
Muchos automóviles deportivos, como los BMW, utilizan sistemas de tracción trasera.Gira, gira
Los automóviles de tracción trasera tienen fama de ser algo problemáticos, especialmente bajo condiciones algo más difíciles. Conducir sobre mojado puede ser difícil, y las carreteras con hielo o nieve pueden suponer un derrape incontrolable al pisar el acelerador; recuerda que los coches de tracción trasera suelen tener motores más grandes y son los modelos más potentes de los fabricantes. Muchos fabricantes intentan contrarrestar el derrape durante la aceleración añadiendo a sus modelos diferenciales autoblocantes en el eje trasero.
Un diferencial estándar (abierto) ajusta el par a la rueda que ofrece menos resistencia. Aunque esta solución funciona muy bien durante una conducción suave, puede resultar insuficiente para mantener el control del vehículo durante maniobras dinámicas o sobre firmes difíciles. Si una de las ruedas del eje motriz pierde adherencia, la otra no es capaz de impulsar el automóvil, porque el motor no genera más par para ella. Es precisamente el inversor, que bloquea el funcionamiento del sistema diferencial clásico, el que ayuda a transferir el par a la otra rueda.
Esto es especialmente importante en automóviles de gran potencia con tracción RWD. Gracias al diferencial de deslizamiento limitado, se reduce el sobre viraje en las curvas y mejora el arranque en superficies resbaladizas.
Recuperación de la adherencia
Para conseguir unos efectos parecidos, muchos fabricantes montan sistemas de control de tracción en sus vehículos. El control de tracción, por ejemplo el sistema ASC de BMW, suele ser un sistema controlado por software que detecta cuando una rueda pierde agarre y reduce automáticamente la potencia que se le suministra para que recupere la tracción.
El sistema de control de tracción también tiene la capacidad de detectar la pérdida de tracción al tomar las curvas rápidamente, evitando la pérdida de tracción y reduciendo el riesgo de derrape al aumentar la velocidad en las curvas.
FWD – tracción delantera
Este sistema, montado especialmente en coches económicos y familiares, consiste en que las ruedas delanteras trasladan la potencia del motor al pavimento y se mantienen girando. La tracción delantera suele montarse en coches con motores más pequeños o con compartimentos de motor de mayor tamaño. El motivo principal es que el motor suele asentarse en un compartimento en paralelo a los ejes delanteros: los cuatro pistones (normalmente) van en línea con las ruedas, en lugar de perpendiculares como en la tracción trasera; este tipo de motor se denomina de montaje transversal.
Muchos vehículos de tracción delantera suelen tener una disposición de motor transversal.Normalmente, una disposición de motor transversal necesita una transmisión más pequeña alojada en el mismo cárter, formando una sola unidad en lugar de dos piezas separadas unidas para crear una unidad de tracción trasera. Los semiejes cortos que salen de la transmisión se conectan directamente a las ruedas delanteras, transfiriéndoles la potencia del motor.
Todo delante
Esta configuración implica que el vehículo no cuente con un eje de transmisión adicional que va desde el motor hasta el eje trasero, ni con un engranaje diferencial bastante grande y pesado. También suele provocar que el motor y la transmisión sean de menor tamaño, lo que supone un ahorro de peso aún mayor y, en última instancia, da lugar a coches más pequeños y económicos.
En los vehículos de tracción delantera, alrededor del 60% de su peso total suele recaer sobre el eje delantero, lo que puede causar problemas de estabilidad durante la aceleración y el frenado. Por ello, el sistema de tracción delantera suele utilizarse sobre todo en automóviles pequeños y medianos, más que en los de alto rendimiento, en los que es preferible contar con tracción trasera. Los automóviles de tracción delantera también suelen estar equipados con sistemas de control de tracción (solo para las ruedas delanteras), que pueden solucionar algunos aspectos de seguridad, pero en realidad no son tan eficaces como los sistemas montados en los automóviles de tracción trasera o total.
Automóviles de tracción delantera
Por supuesto, un automóvil de tracción delantera no ofrece una configuración tan compleja del eje trasero y la suspensión. Esta solución es la que cuenta con un diseño más sencillo y más económico, lo que la hace muy popular entre los fabricantes. El embrague, la caja de cambios y el diferencial forman una sola unidad que puede situarse delante, encima o detrás del eje delantero. De este modo, es posible construir coches 10-30 cm más cortos en relación con los coches con tracción trasera o utilizar este espacio extra para un maletero de mayor capacidad o espacio adicional para las piernas de los pasajeros. La estructura de los automóviles con FWD es más ligera, lo que reduce a su vez sus costes de funcionamiento, una ventaja innegable de esta solución. Los coches pequeños son muy populares entre los conductores principalmente urbanitas. Los compactos de Peugeot, Renault, Ford, muchos modelos japoneses e incluso automóviles como el Audi A3 poseen tracción delantera.
AWD/4WD – tracción a las 4 ruedas
Off-Road
La estabilidad de un vehículo depende del estado de la superficie de la carretera; las carreteras lisas y asfaltadas van bien para cualquier vehículo, pero al transitar algo mucho menos estable, cualquier vehículo de dos ruedas motrices experimentará ciertos problemas. Si a esto le añadimos mucha agua o barro, los vehículos normales ni siquiera se mueven del sitio. Únicamente los automóviles especiales con tracción a las 4 ruedas, diseñados para su uso fuera de la carretera y con suficiente potencia y tracción a baja velocidad para salir de casi todas las situaciones que se dan en la naturaleza, son adecuados para conducir por superficies inestables.
Muchos vehículos utilizan tracción a las cuatro ruedas, lo que facilita la conducción fuera de la carretera. Por regla general, la tracción a las 4 ruedas, que combina las ventajas de la tracción delantera y trasera, rara vez se atasca en terrenos difíciles. Los automóviles todoterreno, también conocidos como off-roads, cuentan con un elevado par motor y una gran potencia, aunque menor velocidad. Se componen de una cabina y una carrocería trasera abierta (a menudo con un techo desmontable) y también suelen utilizarse como automóviles utilitarios. Suelen verse en obras de construcción y espacios similares.
On-Road
Sin embargo, existe una tendencia cada vez más popular encaminada a montar sistemas de tracción total en determinados modelos de turismos. Muchos fabricantes de renombre cuentan con al menos un vehículo con tracción 4x4 en su gama de modelos. El motivo de este fenómeno, ya que el precio rara vez supone un problema para alguien que compra un automóvil de este tipo, es aumentar la estabilidad en vehículos con mayor potencia que la que consiguen los coches familiares más pequeños. Muchos de estos vehículos pueden desarrollar hasta varios cientos de caballos de potencia y, para transferir esa potencia de forma segura y eficaz a la carretera, se requiere una buena distribución de la tracción sobre todas las ruedas. Esto evita que un eje patine y se separe del firme, lo que puede suponer un peligro en la carretera.
4WD y AWD: ¿cuál es la diferencia?
Tanto la denominación 4WD como AWD implica tracción a las cuatro ruedas y numerosos fabricantes de automóviles las utilizan indistintamente. Sin embargo, esto es una simplificación bastante excesiva, ya que no son sinónimos.
4WD es la típica tracción 4x4. Los automóviles en los que se utiliza esta configuración poseen un botón o una palanca especial, con la que el conductor puede activar el eje no accionado anteriormente. El mecanismo de la tracción a las 4 ruedas lo activa la persona, no la electrónica. El par se distribuye por igual a ambos ejes mediante un eje diferencial central. Por lo tanto, los automóviles con tracción 4x4 ofrecen un par motor del 100% en las ruedas traseras, o un 50% en cada una de ellas distribuido entre el eje trasero y el delantero. Hoy en día, los modelos más modernos también ofrecen la opción de bloquear el diferencial y transferir el par a un solo eje para circular con seguridad por una carretera asfaltada sin exponer el mecanismo a averías.
La AWD, en cambio, es un mecanismo tecnológicamente más avanzado, controlado electrónicamente y no por una persona. La tracción a las cuatro ruedas funciona de forma permanente y el par se transfiere a través de un embrague que conecta ambos ejes.
Cuatro ruedas para las masas
Los ingenieros del sector han trabajado mucho para crear motores más pequeños y eficientes y transmisiones diferenciales para reducir el peso y aumentar la eficiencia durante la conducción. Los vehículos de este tipo han sido diseñados con opción de cambiar de dos a cuatro ruedas motrices (4WD), o de tracción a las cuatro ruedas “siempre activada” (AWD), por lo que en este caso se puede elegir según las necesidades. Los automóviles 4x4 para la conducción diaria se hicieron más rentables cuando Audi consiguió introducir una caja de cambios diferencial no mucho más grande que un pomelo y la montó por primera vez en su famoso modelo Quattro. Esta pequeña pero eficaz maravilla de la ingeniería no tardó en llegar a modelos de muchos otros fabricantes de automóviles.
Los coches de carretera con tracción a las cuatro ruedas suelen ser los modelos más destacados de las gamas de sus fabricantes y están íntimamente ligados al Audi Allroad y al RS6, al Volvo XC70 (el favorito de Jeremy Clarkson) y a la serie 4Matic de Mercedes.
Vehículos utilitarios deportivos (SUV)
A medida que la moda de los todoterreno 4x4 se ha ido extendiendo, los crossover con tracción a las cuatro ruedas también han aumentado su popularidad. Los vehículos utilitarios deportivos (SUVs) son percibidos como vehículos de gran calidad tanto para el trabajo o la carretera, que son capaces de salir del asfalto si fuese necesario. Los SUV ofrecen una mayor distancia al suelo y están equipados con neumáticos que aumentan el agarre del vehículo en condiciones difíciles o en terrenos inestables.
También los SUVs y los crossover suelen tener tracción 4x4. Casi todos los fabricantes de coches de alta gama fabrican SUVs, como por ejemplo: La serie X de BMW, la serie Q de Audi y el Land Rover Discovery. Todos los fabricantes japoneses ahora ofrecen SUVs, y los que aún no tienen ninguno en su gama, intentan ponerse al día en este creciente mercado. Una de las desventajas de estos vehículos es que su altura suele provocar problemas de estabilidad en las curvas y a altas velocidades. Para evitarlo, los fabricantes han tenido que reforzar los sistemas de suspensión, lo que se traduce en una conducción ligeramente más rígida. ¡Curiosamente, en el Reino Unido los SUVs suelen denominarse irónicamente tractores de Chelsea por su masividad!
Entonces, ¿cuál sería la mejor opción para ti?
El mejor tipo de tracción, como es lógico, depende de la finalidad para la que vayas a utilizar el vehículo. Si necesitas algo ligero y eficaz para conducir por la ciudad, tal vez quieras invertir en un automóvil de tracción delantera (FWD). Si lo que vas a recorrer son distancias más largas, te vendrá mejor un coche más potente con tracción trasera (RWD). Si deseas un automóvil con grandes prestaciones, un SUV con tracción total (AWD) será tu mejor opción. Y si lo que se te pasa por la cabeza es conducir por los campos y caminos rurales, no encontrarás nada mejor que un todoterreno con tracción 4x4.
No existe una respuesta correcta a la pregunta sobre cuál es el mejor tipo de tracción, ya que existen distintas situaciones en las que un tipo tendrá una ventaja sobre otro y ofrecerá mayor fiabilidad. Muchos de estos factores dependen de ti, de tu estilo de conducción y de tus preferencias.