El neumático es una parte especialmente importante del automóvil, la única que tiene contacto directo con el pavimento. Aunque contar con unos neumáticos adecuados y bien cuidados es la forma más sencilla de mejorar la seguridad de conducción, se han extendido muchos malentendidos y mitos en torno a ellos. Sin duda, una de las cuestiones más problemáticas es la durabilidad máxima del neumático, es decir, el periodo de uso seguro y la influencia del envejecimiento del producto en sus probabilidades de acabar fallando.
El tema de la durabilidad de los neumáticos sigue suscitando numerosas dudas entre los conductores.
¿Cuál es la vida útil del neumático?
Por desgracia, no es posible determinar con exactitud cuál es la vida útil del neumático de un automóvil. El periodo de uso máximo –y al mismo tiempo, el máximo kilometraje posible– viene determinado por varios factores que influyen en el desgaste de los neumáticos.
Uno de los principales parámetros es, por supuesto, la edad del neumático. No obstante, hay que tener en cuenta que la fecha de fabricación no lo es todo. Otros aspectos importantes son las condiciones de la carretera, es decir, la frecuencia con la que una rueda tiene que hacer frente a riesgos como tramos de grava, piedras afiladas, baches, badenes o bordillos. Los hábitos particulares de cada conductor también son de gran importancia. El proceso de desgaste de los neumáticos se ve incrementado por las sobrecargas y los acelerones repentinos, las frenadas de emergencia y una conducción no adecuada a las condiciones de la carretera.
Otros aspectos menos obvios, como el clima, también tienen un gran impacto. La exposición de los neumáticos a temperaturas extremas (altas o bajas), la luz solar, la lluvia, la nieve o el hielo pueden reducir considerablemente su vida útil. Los contactos imprevistos de los neumáticos con productos químicos como aceite o grasa también pueden provocar su deterioro.
Por supuesto, la vida útil de los neumáticos también puede verse aumentada o reducida en función de la actitud del usuario en cuestiones como el mantenimiento estándar de los neumáticos (ajuste del aire, equilibrio adecuado, controles periódicos) y su uso previsto (sin errores garrafales como dejar neumáticos agrietados puestos, usar ruedas de verano en invierno o mezclar diferentes tipos).
Al comprar un neumático nuevo, por desgracia es imposible predecir exactamente su vida útil. Sin embargo, existen algunas “fechas límite” en la vida útil de cada neumático y varias formas sencillas de evaluar si siguen sirviendo. Entonces, ¿cuál es la edad máxima de un neumático adecuado para conducir?
Los neumáticos más antiguos deben ser revisados regularmente por un profesional.
La edad de los neumáticos y la seguridad
Hasta hace unos años, estaba ampliamente extendida la idea de que los neumáticos sólo conservaban un rendimiento adecuado durante los primeros cinco años a partir de su fecha de fabricación, y que debían ser sustituidos posteriormente por seguridad.
Hoy en día, sabemos que esto no es cierto, aunque los expertos de Michelin, una de las mayores empresas de neumáticos del mundo, afirman que los conductores deben respetar este período de 5 años. Media década es un hito en la vida de cualquier neumático. Tras cinco años de uso, deben ser revisados a fondo por un profesional al menos una vez al año.
Un uso demasiado prolongado de los neumáticos puede ser peligroso. Según los principales actores de la industria del neumático (Michelin, Continental), unos neumáticos viejos son aquellos que han superado la barrera “mágica” de los 10 años. Diez años es una especie de fecha de caducidad para los neumáticos. Si una década después de la fecha de fabricación el juego no se ha sustituido, debe reemplazarse por uno nuevo. Hay que hacerlo aunque los neumáticos parezcan estar en buenas condiciones y su indicador de desgaste de la banda de rodadura esté dentro de los límites legales. Esto también se aplica al de repuesto.
Los fabricantes creen que incluso los neumáticos de verano (o de invierno) de mayor calidad y resistencia pueden ser peligrosos después de 10 años. Esto se debe al envejecimiento natural de los neumáticos, ya que el compuesto de caucho puede perder sus propiedades especiales de seguridad tras una década. Unos neumáticos de invierno viejos pueden ser especialmente peligrosos durante la marcha, ya que su compuesto endurecido o desgastado puede no ser capaz de soportar condiciones exigentes de temperaturas bajo cero o nieve.
El invierno es la estación del año más exigente para los neumáticos.
¿Cuál es la distancia máxima que pueden recorrer?
“¿Cuántos kilómetros pueden recorrerse con un neumático concreto?”: esta es una pregunta típica que hacen los conductores en los talleres de vulcanización. Esto es igual que intentar estimar la vida útil de los neumáticos, este tipo de divagaciones carecen de sentido. Si la antigüedad del neumático es inferior a 10 años y nuestras inspecciones no han revelado ningún defecto o daño en el neumático, podemos conducir con confianza.
Por nuestra propia seguridad, es fundamental comprobar los neumáticos con frecuencia. Lo mejor es hacerlo una vez al mes y antes de cada viaje. Dejando de lado la caducidad de los neumáticos, ¿qué posibles deterioros debemos buscar durante una inspección rutinaria?
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Una banda de rodadura demasiado superficial.
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Un desgaste irregular de la banda de rodadura.
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La presencia de elementos extraños e indeseables en el caucho (piedras o clavos).
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Zonas dañadas (neumáticos agrietados, deformados).
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Rastros de daños en la válvula.
También son muy importantes las sensaciones organolépticas durante la conducción, es decir, lo que se conoce como “sentido del neumático”. Cualquier vibración indeseable, “golpeteo” u otras molestias durante el viaje pueden indicar daños o un desgaste excesivo de los neumáticos.
La vida útil de los neumáticos, tanto de invierno como de verano, es bastante impredecible. En cualquier caso, recordemos que puede prolongarse mediante un mantenimiento, una inspección y una atención al detalle adecuados.