Los viajes largos al volante un coche pueden representar horas de conducción. Tiempos largos en los que el cansancio puede convertirse en un riesgo potencial.
La recomendación de los expertos en estos casos es reducir la fatiga al volante con una serie de rutinas personales sencillas. Pero ninguna seguridad al volante es completa si se desatiende el estado del vehículo. Recuerda que en los coches los años no pesan tanto como la falta de mantenimiento. Hay que tener el coche a punto. Aquí van algunos consejos claves a la hora de conducir en viajes largos.
Revisar el buen estado del vehículo
Una revisión del estado del vehículo pasa por comprobar el estado de los neumáticos, el equilibrio de la suspensión, el estado de la correa de distribución, cómo están los frenos y las luces, el nivel de la batería y los del aceite y del refrigerante muy especialmente si se va a conducir en tiempo de calor.
Neumáticos
En el caso de los neumáticos, es importante estar atentos al estado de la banda de rodadura, porque eso significará obtener una buena adherencia en condiciones normales. Un recorrido largo significa un desgaste extra para el neumático. Ojo con eso.
También es clave comprobar el aire de las ruedas y tener en cuenta si el desplazamiento se va a hacer a plena carga o con el coche algo más ligero, porque las presiones varían. Por último, hay que comprobar que se tienen todas las herramientas para el cambio de rueda y que la de repuesto está en perfectas condiciones.
Suspensión
El estado de la suspensión depende en gran medida del estado de los componentes del sistema y del líquido hidroneumático. Es fácil saber cuándo no está afinada. La suspensión se percibe como dura, no encaja bien los baches o el movimiento del coche se siente como una barca.
Frenos
En el caso de los frenos, hay que comprobar el estado de las pastillas, pero también hay que revisar el nivel del líquido de frenos. Si el tiempo de actuación de los frenos, la frenada es larga, es irregular o se percibe algún ruido extraño, hay que actuar.
Luces
Las lámparas del vehículo dan la seguridad en condiciones de baja iluminación, por la noche, en túneles, para ver, pero también para ser vistos. De lo que se trata es de comprobar el estado de todas las luces, incluidas las de frenado, los indicadores, la de marcha atrás y las de niebla. Delanteras, laterales y posteriores. Y tener repuestos para todas.
Batería
La batería es un dispositivo muy sensible en todo vehículo y más en viajes largos en los que se las somete a sobreesfuerzos. Un dato. Hay que tener en cuenta que en verano las baterías de un coche sufren más porque el funcionamiento del vehículo las obliga a desarrollar un mayor rendimiento. Por encima de los 50 grados en la zona del motor, una batería puede caer en su rendimiento hasta un 50%.
Niveles aceite y refrigerante
No se puede salir a la carretera a hacer muchos kilómetros sin revisar los niveles de aceite y de refrigerante. Durante los largos recorridos, el motor del coche es sometido a un estrés mecánico y las necesidades de lubricación adecuada y de enfriamiento regular son más exigentes.
Descansa cada 2 horas
La recomendación es no partir cansado. En ruta, se recomienda parar para descansar, para estirar las piernas, cada dos horas aproximadamente. Puede funcionar muy bien conducir planificando la ruta de viaje, viajar y parar en determinados tramos. O turnarse con una persona en la conducción. La mejor hora para viajar es durante la mañana, con la fresca.
Cuida tu postura al volante
Cuando se conduce, se va en una posición estática, muy rígida. Los fluidos corporales tienen dificultades para desplazarse a las extremidades inferiores. Conducir cómodo, con ropa suelta y en una buena posición ayuda a mantener una buena conducción en distancias largas.
La nutrición influye en la conducción
Las comidas con muchas calorías, los alimentos difíciles de digerir y la abundancia de grasas en la dieta son poco compatibles con los viajes largos. Suelen generar malestar, digestiones pesadas que generan sopor y, lo peor, dar sueño al volante. Lo mejor, comidas ligeras.
Mantenerse hidratado
Beber agua con regularidad es básico para mantener la atención en viajes largos. Hidratarse ayuda a mantener niveles correctos de hidratación en el organismo y, con ello, mantener en orden las conexiones nerviosas, fundamentales en la atención y en los tiempos de reacción en la conducción.
No comer ni fumar al volante
Comer y fumar al volante representa un riesgo inaceptable. Es como conducir hablando por el móvil, quita atención, ocupa manos que deben sujetar el volante y, sobre todo, distrae.
La temperatura en el interior del vehículo
La temperatura del interior del vehículo es un factor determinante para mantener la atención al volante en viajes largos. Una temperatura alta, una falta de refrigeración combinada con una comida copiosa y llevar poca ropa cómoda pueden generar somnolencia.
Un viaje largo en coche exige la puesta a punto de dos 'maquinarias', la del vehículo, pero también la de nuestro organismo. La seguridad al volante está en juego.
Los viajes largos al volante un coche pueden representar horas de conducción. Tiempos largos en los que el cansancio puede convertirse en un riesgo potencial.
La recomendación de los expertos en estos casos es reducir la fatiga al volante con una serie de rutinas personales sencillas. Pero ninguna seguridad al volante es completa si se desatiende el estado del vehículo. Recuerda que en los coches los años no pesan tanto como la falta de mantenimiento. Hay que tener el coche a punto. Aquí van algunos consejos claves a la hora de conducir en viajes largos.
Revisar el buen estado del vehículo
Una revisión del estado del vehículo pasa por comprobar el estado de los neumáticos, el equilibrio de la suspensión, el estado de la correa de distribución, cómo están los frenos y las luces, el nivel de la batería y los del aceite y del refrigerante muy especialmente si se va a conducir en tiempo de calor.
Neumáticos
En el caso de los neumáticos, es importante estar atentos al estado de la banda de rodadura, porque eso significará obtener una buena adherencia en condiciones normales. Un recorrido largo significa un desgaste extra para el neumático. Ojo con eso.
También es clave comprobar el aire de las ruedas y tener en cuenta si el desplazamiento se va a hacer a plena carga o con el coche algo más ligero, porque las presiones varían. Por último, hay que comprobar que se tienen todas las herramientas para el cambio de rueda y que la de repuesto está en perfectas condiciones.
Suspensión
El estado de la suspensión depende en gran medida del estado de los componentes del sistema y del líquido hidroneumático. Es fácil saber cuándo no está afinada. La suspensión se percibe como dura, no encaja bien los baches o el movimiento del coche se siente como una barca.
Frenos
En el caso de los frenos, hay que comprobar el estado de las pastillas, pero también hay que revisar el nivel del líquido de frenos. Si el tiempo de actuación de los frenos, la frenada es larga, es irregular o se percibe algún ruido extraño, hay que actuar.
Luces
Las lámparas del vehículo dan la seguridad en condiciones de baja iluminación, por la noche, en túneles, para ver, pero también para ser vistos. De lo que se trata es de comprobar el estado de todas las luces, incluidas las de frenado, los indicadores, la de marcha atrás y las de niebla. Delanteras, laterales y posteriores. Y tener repuestos para todas.
Batería
La batería es un dispositivo muy sensible en todo vehículo y más en viajes largos en los que se las somete a sobreesfuerzos. Un dato. Hay que tener en cuenta que en verano las baterías de un coche sufren más porque el funcionamiento del vehículo las obliga a desarrollar un mayor rendimiento. Por encima de los 50 grados en la zona del motor, una batería puede caer en su rendimiento hasta un 50%.
Niveles aceite y refrigerante
No se puede salir a la carretera a hacer muchos kilómetros sin revisar los niveles de aceite y de refrigerante. Durante los largos recorridos, el motor del coche es sometido a un estrés mecánico y las necesidades de lubricación adecuada y de enfriamiento regular son más exigentes.
Descansa cada 2 horas
La recomendación es no partir cansado. En ruta, se recomienda parar para descansar, para estirar las piernas, cada dos horas aproximadamente. Puede funcionar muy bien conducir planificando la ruta de viaje, viajar y parar en determinados tramos. O turnarse con una persona en la conducción. La mejor hora para viajar es durante la mañana, con la fresca.
Cuida tu postura al volante
Cuando se conduce, se va en una posición estática, muy rígida. Los fluidos corporales tienen dificultades para desplazarse a las extremidades inferiores. Conducir cómodo, con ropa suelta y en una buena posición ayuda a mantener una buena conducción en distancias largas.
La nutrición influye en la conducción
Las comidas con muchas calorías, los alimentos difíciles de digerir y la abundancia de grasas en la dieta son poco compatibles con los viajes largos. Suelen generar malestar, digestiones pesadas que generan sopor y, lo peor, dar sueño al volante. Lo mejor, comidas ligeras.
Mantenerse hidratado
Beber agua con regularidad es básico para mantener la atención en viajes largos. Hidratarse ayuda a mantener niveles correctos de hidratación en el organismo y, con ello, mantener en orden las conexiones nerviosas, fundamentales en la atención y en los tiempos de reacción en la conducción.
No comer ni fumar al volante
Comer y fumar al volante representa un riesgo inaceptable. Es como conducir hablando por el móvil, quita atención, ocupa manos que deben sujetar el volante y, sobre todo, distrae.
La temperatura en el interior del vehículo
La temperatura del interior del vehículo es un factor determinante para mantener la atención al volante en viajes largos. Una temperatura alta, una falta de refrigeración combinada con una comida copiosa y llevar poca ropa cómoda pueden generar somnolencia.
Un viaje largo en coche exige la puesta a punto de dos 'maquinarias', la del vehículo, pero también la de nuestro organismo. La seguridad al volante está en juego.