¿Cuál debería ser la presión correcta en los neumáticos de invierno?

La presión es un parámetro clave para un adecuado funcionamiento de los neumáticos. Mantener un nivel óptimo no solo influye en la comodidad de viaje y la seguridad en la carretera, sino que también puede ayudar a reducir el consumo medio de combustible. ¿Pero deberíamos mantener la misma presión durante todo el año, independientemente de la temporada y de las condiciones reinantes? Comprueba unos principios obligatorios y entérate de cómo debería ser el inflado de los neumáticos en el próximo periodo invernal.

¿Cuál debería ser la presión en los neumáticos de invierno? Ve nuestro breve vídeo de introducción a este tema:

Presión en los neumáticos

Seguro que muchos conductores, en especial los que tienen menos experiencia, no son conscientes de la gran importancia que tiene para un correcto funcionamiento de nuestro automóvil un nivel de presión adecuado.

Tiene una influencia positiva sobre la estructura de la goma, prolongando su vida útil y reduciendo el riesgo de pinchazo o reventón del neumático durante la circulación. Además, una presión mantenida en un nivel óptimo permite acortar significativamente la distancia de frenado y limitar la resistencia a la rodadura y, por lo tanto, el consumo de combustible. ¡Y la diferencia será realmente apreciable!

Las condiciones invernales son una verdadera prueba para cualquier neumático.

¿Qué es la presión homologada?

Los niveles óptimos de gases en nuestros neumáticos siempre son en la práctica determinados con precisión por el fabricante del automóvil. A este valor lo llamamos precisamente «presión homologada». Simplificando, se trata de información sobre el nivel recomendado para un determinado eje del vehículo (puede ser diferente para la parte delantera y trasera del automóvil). En general, podemos encontrar esta información en al menos uno de estos cuatro lugares:

• En la guantera del automóvil
• En la tapa del depósito de combustible
• En el montante de la puerta del conductor
• En el pilar o en el umbral

Además, merece la pena recordar que las diferentes marcas de neumáticos también indican para sus modelos un rango en el que puede inflarse un determinado neumático. Merece la pena respetar esto, en otro caso podemos dañar fácilmente los neumáticos. Una presión correcta en los neumáticos de invierno nos protege de la visión de una visita adelantada al taller de neumáticos.

Presión en los neumáticos y temperatura ambiente

Los neumáticos actuales, si son correctamente utilizados, sirven durante mucho tiempo y destacan por una extraordinaria resistencia. Pueden resistir el paso sobre un vidrio o un agujero y algunos permiten continuar el viaje incluso en caso de pinchazo (tipo Run-Flat: un neumático que puede recorrer sin aire unos 80 km).

Sin embargo, para disfrutar totalmente de los beneficios de la técnica actual es necesario en primer lugar cuidar un elemento, a saber, la correcta presión en los neumáticos. Es necesario recordar que cada modelo, independientemente de su precio, pierde lenta y gradualmente presión. En esto influyen elementos mecánicos, tales como la válvula, pero también factores naturales, en especial la temperatura.

Los neumáticos de invierno están fabricados con compuestos que no se vuelven rígidos con el frío.
En Europa nos encontramos en gran medida con un clima moderado, pero también bastante variable. Las temperaturas oscilan a menudo más de diez grados en un par de días y esto no es bueno para los neumáticos. Los especialistas destacan que cualquier cambio de las condiciones reinantes en 10ºC es una anomalía en el nivel de presión en los neumáticos de +/- 0,1 bar.

Las oscilaciones son especialmente perceptibles en el periodo de otoño-invierno, cuando experimentamos caídas bruscas de temperatura. En el caso de un descenso de la presión en 0,1 o 0,2 bar podemos ya hablar de una situación perjudicial para la integridad del neumático. ¿Cómo evitar esto?

¿Qué presión en los neumáticos de invierno? – consejos básicos

1. La acción más importante es la comprobación regular de la presión en los neumáticos. Es mejor prevenir que curar. Cuando se producen frecuentes cambios del tiempo merece la pena aumentar la frecuencia de las visitas a las estaciones de servicio y utilizar regularmente los manómetros. Gracias a esto podremos reaccionar al instante ante cualquier desviación.

2. Antes de las próximas heladas merece aumentar el nivel de presión en los neumáticos de invierno en 0,2 bar. Esto permite adaptar el valor a medida que caen las temperaturas. Sin embargo, es necesario verificar en primer lugar esta solución con los valores homologados por el fabricante. También hay que recordar restablecer la presión adecuada en los neumáticos de invierno cuando la temperatura ambiente vuelva a subir.

3. Presta mucha atención a las condiciones al inflar las ruedas en el automóvil. Si lo haces en un cálido garaje, la temperatura no se corresponderá con las condiciones meteorológicas reinantes en el exterior. Eleva entonces ligeramente la presión por encima de la homologada para evitar su descenso por debajo de la norma al iniciar el viaje.

4. También puedes considerar la sustitución del aire por nitrógeno puro, que es menos susceptible a los cambios de temperatura. Sin embargo, recuerda que después de este proceso las ruedas deben volver a ser equilibradas.

El control regular es la clave para un funcionamiento correcto de los neumáticos.

Presión demasiado baja en los neumáticos: consecuencias y peligros

Un nivel insuficiente de presión en los neumáticos no es solo poco económico, sino también peligroso. La mayoría de las veces esto provoca un comportamiento imprevisible del automóvil en las curvas, un ligero deslizamiento del eje posterior y problemas con la estabilización de la dirección de la marcha.

Sin embargo, una presión demasiado baja en los neumáticos influye negativamente sobre numerosos parámetros:

• peor maniobrabilidad del automóvil,
• mayor distancia de frenado,
• desviación hacia los lados al circular recto,
• empeoramiento de la adherencia,
• el coche «flota» en las curvas,
• mayor consumo,
• reducción de la vida útil del neumático.

La eliminación de las consecuencias negativas de una baja presión no es en absoluto exigente. A menudo es suficiente con controlar sistemáticamente los niveles y reaccionar rápidamente a las anomalías. También merece prestar mucha atención a la temperatura del lugar al que nos dirigimos. Si vamos a las montañas, donde son posibles las heladas, merece la pena aumentar ligeramente de antemano el nivel de presión, para evitar disgustos en la carretera.