En la mayoría de las situaciones, los mejores neumáticos deberían montarse en el eje trasero del vehículo. Esto permite que el coche se estabilice más rápidamente en caso de pérdida de control. Además, el vehículo se comportará de forma más predecible en maniobras bruscas y violentas (por ejemplo, al esquivar un obstáculo). En condiciones invernales severas, merece la pena montar mejores neumáticos en el eje motriz, ya sea delantero o trasero.